Elegimos nacer al futuro de la mano
de la revolución Bolivariana
Daniela Saidman
dsaidman@gmail.com
Daniela Saidman |
Elegimos nacer al futuro.
Encontrarnos de ojos abiertos ante la alegría de lo nuevo que brota día a día
de la palabra honda, inmensa, de Gustavo Pereira cuando nos regaló lo que desde
antes nos pertenecía, su poesía enarbolando la Constitución que nos dimos como
dignos hijos de Bolívar, del mañana luminoso que viene también de las manos que
han sabido sembrarnos de versos como los del Chino Valera Mora. Con él,
amanecimos de bala, para fundar la Patria de la esperanza y con Alí nos fuimos
cantando voz adentro, campo adentro, ciudad arriba, para reconocernos vivos a
pesar de tanta muerte que nos dieron a fuego y hambre.
Con las voces de Amaranta y Solimar
nacimos nuevos en los tiempos de la cosecha, asegurando la profecía del
compañero presidente Salvador Allende. Nos animamos por fin a transitar las
anchas alamedas para contarnos los sueños, para hacerlos realidad y dejarles a
nuestros hijos e hijas un país que nos reconoce en todos los colores y
cadencias de nuestros idiomas originarios, de nuestras tierras más sabias, de
nuestra memoria más ardiente.
Elegimos edificar el futuro,
levantarlo bloque a bloque, frisarlo de alegrías, revestirlo de cuerdas y
tambores, para bailarlo y sentirlo como a un cuerpo amado. Elegimos, sí, darnos
enteros al mañana que germina en cada risa niña con escuela y en cada estrella
que nombra nuestra historia.
Y ese futuro está como no, en los
versos de Luis Camilo y en la voz clara de Mimina… está también, en las tablas
que tienen el tacto de Rengifo y en los trazos de Calzadilla y Reverón. Son
tantas y tantas las miradas que nos hacen quienes somos, son tantas y tantas
las caricias que nos animan a seguir, que estamos seguros que el futuro es
presente, que se anuncia con su canto más nuevo, con su beso más tierno.
Cómo no estar si están a nuestro
lado Luis Alberto y Luis Britto, Carmen Bohórquez y Yolanda Delgado, Roberto
Hernández y Roberto Malaver, entre tantos nombres infinitos que nos dicen y nos
cuentan, nos nombran y nos regalan lo más alto y lo más hondo de los haceres
humanos. Ellos, con su arte, nos han demostrado que la poesía no se compra ni
se vende, porque no se puede mercantilizar el amor ni los pensares, ni los
sueños, ni la vida… ellos nos alumbran el camino y desde antes tantos otros
nombres imprescindibles. Sabemos cuál es el futuro que nos llama, cuál es el
mañana necesario y no es otro que seguir haciendo nacer la Patria de la mano de
la Revolución Bolivariana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario